Las partículas de agua en el aire podían ser la cantidad de cosas que sentía en ese momento. El viento frío las congelaba y las empujaba contra su cara despreocupada e inadvertida de la situación que habíamos creado. Lo que más me daba bronca era que justo a punto de encontrar el momento justo entre el menton y su clavícula donde me pude escapar a tener mis 'ticks' propios de mi estado, todo se evaporó y se perdió en el curioso espectro blanco que recorría la calle con nosotros.
Procuré armar más recuerdos casi despistándome del neutro porvenir que me esperaba sentado un par de cuadras más allá. Cuando la fuerza mayor arranca de raíz un sentir o un segmento falso (o no) de la mente, se desarman las ideas, se corrompe el cuento y el desenlace bueno o malo te destroza por saber demasiado o saber muy poco respectivamente.
Unos fotogramas más, un poco de ruido, la cuota de agua salada justa y el resultado: estar seguro de la foto que quiero sacar pero creerlo, verlo espejado, una foto mirando para atrás y un ancla en el pecho.
Escribí esto y los músculos de mis cachetes se ejercitaron entre muchas expresiones distintas. Lo copado de todo? Vuelvo a creer en algo.
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