jueves, 6 de junio de 2013

Soy de esas personas que dejan lo mejor para el final.

Siempre pensé que sería entre divertido y tierno ver como se destruye la mente de una persona en frente mío, sólo por el echo de verla morir y renacer por una causa justa, noble y pura.

No estoy pensando en matar a nadie ya, pero creo que es bueno siempre tener en cuenta la carta negra bajo la manga sólo por si acaso.

'La empatía mata' me dijo un Elefante una vez - si sabrán los elefantes de eso! - y sí, a lo mejor puede matar, pero no en el sentido total y gráfico de la palabra; La muerte es un estado, al igual que la vida después ella. Son maneras de aceptar lo que pasa de manera tal que podamos recibir lo que viene.

(La Espera entra en escena y todos quedan callados mirándola)

De alguna época pasada volvió este fantasma, y muy off the record tengo que decir que justo llega ahora con el invierno. El problema? Sin dar vueltas: Mi Yo del día no se lleva bien con mi Yo de la noche. Retomo de mi pasado esta guerra fría totalmente personal y... espiritual?

- Dejalo ahí.

Había una vez en el océano

dos navíos.
Un buen día,
estos dos señores del agua
se encontraron sin buscarse
Todo lo que tenían en común era eso
ambos estaban perdidos.
se sabe poco de los porqués
pero ahí
en el medio del lago más enorme
sin decirse nada
se atacaron mutuamente.
Se cuenta que la batalla duró muchísimo tiempo
una vez que se encontraron
no pudieron dejar de encontrarse
y fue así
como rendidos al cansancio
y a la agonía de la eternidad
de un momento para otro
después de años de batallar a muerte
no se encontraron nunca más

entonces ganaron los dos
pero ambos perdieron
la oportunidad de saber
qué querían decirse el uno al otro.




Ambos barcos
, representan el resultado de un balance emocional de determinado proceso kármico.
Entonces, la próxima misión es saber qué quiere decirle mi sol a mi luna, y no dejarlos que se peleen más.



'Cuando Nicolás habla de Neil, habla más de Nicolás que de Neil'







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