lunes, 3 de junio de 2019

Tu cara me suena, creo q te conozco de algún lado o mejor conocido como: No me importaría realmente invitarte a tomar una birra y después de eso a compartir la vida con vos.

No sabés la cantidad de veces que me imaginé escribiendo esta carta y ahora lo estoy haciendo, la fecha se acerca, el momento, y creí que sentarme a escribir esto mientras dormís en mi pc con un mate fue una buena idea, hasta que me senté y ahora tengo un nudo en la garganta que llega de acá a París.

Así como me plantee escribir esto y ahora no tengo ni idea qué poner o cómo describir lo que pienso y quiero decir, estás en un avión, viajando lejos, a conocer cosas nuevas y a conocerte más a vos, cosa que tuve la suerte de hacer hace (dentro de unos días) once meses. Y al toque, pero al toque me tiré a la pileta impulsado por algo, no sé qué pero algo que me llevó a quererte, odiarte, desearte, amarte y darte una tarjeta válida por un abrazo o un beso sin fecha de vencimiento.

Dentro de este tiempo que compartimos juntos descubrí muchas cosas, agarraste hasta sin saberlo cosas mías y las devolviste resueltas como algo simple, supiste hacerme crecer en cosas que jamás hubiese entendido si alguien que no me importa me las dijese, te preocupaste por mí y mi salud, lloramos juntos, fuiste sincero, viniste de frente y me enamoraste de lleno. Todo esto que siento por vos y cosas que realmente no pienso todos los días ni todo el tiempo me llevan a darme cuenta entre lágrimas que dentro de mi corazón hay un lugar que tiene grabado a fuego tu nombre.

Por mi lado, de este lado del charco, de acá a unos  meses, más no puedo pedir. Todo lo que dije recién y todo lo que vos ya sabés forma parte de lo jodidamente agradecido que estoy de que hayas aparecido, que hayas contestado esa historia, y que de ese día en adelante las cosas nos lleven a hoy.

¿Extrañarte? Mejor ni sigo.

Sólo espero que estés en ese avión listo para ir a pasar el mejor momento de tu vida, y que vuelvas para después batir ese récord juntos.

Por favor nunca te olvides que te amo.

Te mando un millón de viernes a la noche en mi cama antes de dormir, un millón de cafés y mates y un millón de acompañadas a la parada del colectivo.

Sos increíble, y si en algún momento se te ocurre pensar lo contrario, sabes que acá hay un gil que le importas mucho, que a esta altura la vida no le da igual sin vos, y que se siente muy feliz de que estés del otro lado, sea como sea, todo el tiempo.

Buen viaje papi, te amo un montón.